Escrito por: Dra. Gracia Salazar Bravo.
Individuo Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia.

A bordo de un barco esclavista, grabado de Joseph Swain, 1835. Wikimedia Commons
En la documentación de Cubagua, hay poca información sobre los esclavos negros traídos de África para trabajar en las pesquerías de perlas, aunque se sabe que el 12 de enero de 1526 el emperador les otorgó la primera licencia de exportación de esclavos negros a Cubagua a los mercaderes vizcaínos Sancho Ortiz de Urrutia y su sobrino Juan de Urrutia. Tenían permiso de introducir 30 esclavos, pero al final no lograron meterlos a todos debido a las protestas del alcalde mayor de Cubagua, sin embargo en 1527 enviaron sin permiso 17 esclavos negros más.
En junio de 1527 se le permite a Diego Caballero la introducción de 12 esclavos negros a Cubagua con el fin de tenerlos y usarlos en las pesquerías de perlas, Caballero le pagó a la corona como impuesto dos ducados por cada uno de ellos.
En noviembre de 1527 se le concedió permiso a Martín de Ochandiano, tesorero de la isla de Cubagua, para que introdujera tres esclavos negros, dos varones y una hembra que estaban destinados al servicio de la casa de Ochandiano; pagando también dos ducados por cada uno y en diciembre del mismo año se le otorgó un nuevo permiso para que importase seis esclavos negros más, por los que pagó el mismo impuesto.
En febrero de 1528 los Urrutia consiguieron un nuevo permiso para introducir 30 esclavos negros a Cubagua; en marzo de 1528 se le otorga un permiso a Martín Alonso para que lleve dos esclavos negros para su servicio pagando un impuesto de cinco ducados por cada uno de ellos.
En esa misma fecha se le permite a Pedro Ortiz la introducción de dos esclavos para el servicio en su casa, por los que paga el mismo impuesto. También en 1528 los Urrutia introducen ilegalmente dos esclavos negros a la isla.
En 1532 se le otorgan permisos para llevar a “…nuestras indias, islas e Tierra Firme de la mar Océano dos esclavos negros para servicio de vuestra persona e casa…” a Francisco de Prado, Antonio de Prado, Rodrigo de León, Juan de Herrera y Juan de Hoñate.
Más adelante los esclavos llegaran en mayor cantidad para destinarlos a las pesquerías de perlas incluso a un hombre que no era esclavo, pero había sido raptado por los comerciantes negreros sin ninguna vergüenza, y su caso se convirtió en emblemático en la historiografía cubagüense: Rodrigo Lopes, ya que luego de pelear en los tribunales consiguió su libertad plena.

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